lunes, 28 de abril de 2014

La importancia de leer

Aún recuerdo esas clases de infantil en las que se recitaba a coro un insistente: la “p” con la “a”, “pa” como en papá; la “p” con la “e”, “pe” como en perro… Con esta retahíla, acompañada de las múltiples reglas ortográficas, aprendimos que esos símbolos escritos sobre el papel tenían sentido. Jurando que sabíamos leer como adultos, tardábamos horas en descifrar un párrafo entero.

Gracias a la lectura, podemos viajar al pasado, al futuro o incluso a lugares que no existen solo con un libro en las manos. ¿Por qué dejar que alguien cuente su perspectiva de una historia pudiendo interpretarla un mismo? Esa es la magia. Ser capaz de conocer datos nuevos sin depender de la voz de un tercero y no solo conseguir leer un libro o estudiar. Lo que hace que aprender a leer sea uno de los acontecimientos más importantes de la vida es que, a través de ello, podemos comunicarnos con el resto del mundo. ¿De qué serviría un cartel de “se vende” si nadie pudiera leerlo?

Señales de tráfico, carteles, periódicos, televisión, escaparates… Nuestro día a día está lleno de palabras esperando ser leídas. La típica frase “no me gusta leer” retumba por el planeta. Entonces, cuando se recibe un WhatsApp ¿Qué se hace? ¿Esperar a que venga alguien a leerlo? No. Lo hace uno mismo y no nos quejamos por ello. Al contrario, queremos más y más. Se han sustituido cartas por emails; libros por Ebooks; enciclopedias por internet. La tecnología ha invadido nuestra rutina diaria. Y, aunque seguimos leyendo sin parar, la lectura es algo más que una pantalla electrónica, es una forma de vida.


No importa si se trata de comunicarse o de introducirse en otra realidad durante un rato, lo importante es reconocer que, sin este fenómeno, no seriamos capaces de disfrutar como lo hacemos de la vida.

Judith San José
2º Bachillerato A

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